Estando en el epicentro de la epidemia del coronavirus aquí en New York, los primeros días como la mayoría de la personas me levantaba a sintonizar las noticias. Deseaba conocer las tendencias de este virus y así escuchaba a los expertos predecir nuestro futuro con la esperanza de que anunciaran que todo volvería a la normalidad pronto. “Hay que mantenerse informada” pensé. Veía la mayoría de los noticieros y como era de esperarse, cada uno comunicaba las terribles pérdidas de vidas humanas: ancianos, jóvenes, personas de edad media, padres y madres, familiares dando sus entrevistas devastados contando las tristes pérdidas de sus seres queridos debido a la enfermedad.
Cada historia con una vivencia tan desgarradora como la anterior. Esto, añadido al encierro, a la incertidumbre y a las necesidades básicas de la población más vulnerable. La solución no parecía encontrarse próxima. Todo lucía de color gris.
Este hábito de mantener las noticias encendidas en el televisor todo el día estaba afectando de un modo inconsciente mi estado de ánimo y mi desempeño en los quehaceres y responsabilidades para con mi familia y mi carrera profesional.
Una mente sobrecogida por la preocupación solo ha de encontrar tiempo para preocuparse.
Gracias a mi nivel de consciencia y al cabo de varios días, pude identificar que realmente no me estaba manteniendo informada. Al contrario, me había estado torturando y coartando mi disposición natural de ayudar y servir a otros.
Estaba recibiendo una saturación de información que me convertía en una receptora de angustia y por ende, una emisora de ansiedad.
Algo tenía que cambiar y así lo hice. Regresé a mi rutina de higiene emocional y a mis prácticas saludables diarias y esto definitivamente ha cambiado la calidad de mis días.
Si eres una persona que hoy más que antes experimenta altos niveles de ansiedad, hoy quiero compartir contigo varias herramientas y técnicas que te pueden ayudar a lograr balance espiritual y emocional en estos momentos difíciles.
1- Tómate un descanso de las noticias: identifica una fuente específica de información y que esa sea la que te mantenga informada. Elimina el resto.
2- Busca apoyo: comunica lo que sientes. Busca a alguien neutral en quien confíes. Las emociones que no se expresan pueden convertirse en tristezas muy profundas y en conductas auto-destructivas.
3- Reconoce la emoción más persistente: en vez de decir estoy ansiosa, identifica la emoción que te causa el estado de ansiedad y la razón específica. ¿La ansiedad será producto del miedo a contraer el virus? ¿Es preocupación de perder tu empleo? ¿Es soledad por el aislamiento? ¿Es frustración por los cambios drásticos que se están desarrollando en tu vida? Si nombras la emoción te será mucho más fácil ejecutar un plan específico para combatir la ansiedad.
4- Escribe: esta simple herramienta es súper poderosa. Escribe y detalla con palabras tu estado de ánimo. Explica en tu escrito lo que crees que desencadena tus emociones. Verás como de forma casi inmediata te sientes mucho mejor. No tienes que guardar el escrito lo puedes destruir si prefieres. El efecto positivo de esta práctica se logra independientemente de conservar o no el papel.
5- Muévete: Separa un tiempo para caminar o hacer algún tipo de ejercicios. La actividad física le permite a nuestro cerebro liberar endorfinas, un neuroquímico que ayuda a la salud mental y disminuye el estrés.
6- Descansa y aliméntate bien: yo sé que tú sabes que es importante y también sé que sabes por qué es importante. ¿Cuáles hábitos negativos no te permiten cumplir con tus horarios de sueño y alimentación? Haz un esfuerzo por eliminarlos.
7- Permítete 5 minutos diarios de silencio absoluto: así desees llamarlo meditación o no. Cierra tus ojos y siente los latidos de tu corazón o sigue el ritmo de tu respiración. Esta práctica sencilla es una herramienta para reducir el estrés y mejorar la salud mental, entre otros grandes beneficios físicos y espirituales.
8- Planifica: no existe técnica más efectiva para levantar el estado de ánimo que planificar con proyecciones hacia el futuro inmediato. Tu meta podría ser leer un libro, ver una serie de Netflix o actividades/juegos con la familia. Usa tu creatividad y planifica momentos especiales que te ayuden a vivir con entusiasmo cada día.
9- Conecta con otros: distanciamiento social no significa aislamiento total. Estudios indican que la falta de conexión social afectan a nuestra salud tanto como fumar 15 cigarrillos al día. Y la soledad es dos veces más perjudicial para la salud física y mental que la obesidad. Conecta con tus amistades y familiares. Haz un esfuerzo diariamente para conectar con tus seres queridos usando la tecnología.
10- Vive en el presente: vivir en el presente requiere utilizar tus cinco sentidos de forma consciente y consistente. Es estar enfocado en tus acciones reconociendo el uso de cada uno de tus sentidos. ¿Sabias que alrededor del 85% de las cosas por las que las personas se preocupan nunca les llegan a suceder? Además, preocuparse tampoco ayuda a resolver ninguna situación.
Cada vez que se asome una preocupación a tu mente pregúntate: ¿Qué problema tengo en este preciso momento? En la mayor parte de las situaciones te percatarás de que la respuesta es: no tengo problemas serios ahora mismo. Tener presente esta pregunta nos ayuda a sentirnos agradecidos con lo que tenemos y a crear un plan de trabajo en torno a nuestras metas utilizando nuestra energía más proactiva.
Espero que estas recomendaciones te ayuden a superar estos tiempos difíciles. Puedes contactarme enviando un email o déjame tu comentario al final de este blog.
Aprovecho para compartirte un directorio de enlaces, herramientas y recursos para apoyarte. Siéntete libre de compartir estos recursos con alguien que creas lo necesite.
Estamos juntos en esto y saldremos adelante.
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